AÑO NUEVO ANDINO 5521
ESFM “Manuel Ascencio
Villarroel”
Por: Romer Martinez Plaza
El Año Nuevo Andino es una celebración
que se vincula al Solsticio de Invierno, es decir, a la época del año en que el
sol se halla en su punto más alejado en el firmamento, las noches son más
cortos y los días más largos y fríos. Según el calendario, el Solsticio de
Invierno acontece el 21 de junio, aunque más importante que la fecha es el
periodo de tiempo. Se dice que con el Solsticio de Invierno el sol empieza
su retorno (Willka Kuti), los días se
hacen cada vez más largos y calientes, además que la naturaleza empieza a
regenerarse; esto facilita el inicio de un nuevo ciclo de producción para las
sociedades andinas agrarias que tienen una concepción cíclica del tiempo
Sin embargo desde la cosmovisión
occidental en muchos casos el pensamiento humano se ha reducido a juzgar sin
causa y fundamento sobre algunos aspectos socioculturales de los pueblos o
culturas originarias del Abya Yala, como sucede con el tema del Año Nuevo
Andino, Anata, otras tradiciones, creencias, etc. No obstante ante ese
percepción reducida no se puede evadir
(como se suele hacer el mundo cristiano) a los saberes y conocimientos
de las aquellas culturas que se reflejan en su arte, arquitectura, ingeniera,
astronomía, etc. y que a pesar del tiempo se mantienen mediante la práctica de
la oralidad, usos y costumbres asumidas por la diversidad cultural, aunque con
grados de sincretismo.
Ante esa circunstancia es necesario
detenerse a estudiar y analizar con una visión amplia; y desde ese propósito
epistemológico y cosmovisionario la presente noción que parte de la
experiencia, muestra (mas desde una visión espiritual) los pasajes de la
cosmovisión de los pueblos originarios de este continente, insertándose a la
fecha del Año Nuevo Andino (Willka Kuti) celebrada
en muchos centros ancestrales de nuestro Estado Plurinacional.
En ese ínterin corresponde exponer en
síntesis la experiencia del Año Nuevo Andino organizada por los estudiantes del
curso Cuarto “C” de la especialidad de ciencias sociales de la ESFM “Manuel
Ascencio Villarroel” de Paracaya (Valle Alto) del departamento de Cochabamba. Que
se desarrolló bajo un programa especial iniciando el día jueves 20 desde horas
19:00 con una noche de regocijo y alegría expresada en una Velada Cultural
Autóctona y culminando el día viernes 21 de junio esperando los primeros rayos
solares en uno de las altiplanicies-denominado “Tuti Bajo” del monumental
“Cerro Tuti”. Es así dentro un marco científico
y pedagógico. La Escuela Superior de Formacion de Maestros Manuel Ascencio
Villarroel como centro de futuros docentes no puede vivir ajena a la
pluriculturalidad de nuestro Estado, que hoy sigue el curso de la
descolonización y la revitalización de los saberes Inter e Intraculturales.
El día jueves 20 de junio a cargo del
curso organizador (4º “C” Cs. Sociales, 2013) se desarrolló la Velada Cultural
Autóctona, en horas de la noche con la tradicional tarkeada, protagonizada por los responsables, (simultáneamente
dando lugar al tradicional acullico concedida
para toda la población institucional) sirviendo de cortina musical a las
distintas danzas autóctonas (Tinku, ovejerita, incas y otros) interpretadas por
los distintos cursos y especialidades. Que en el transcurso compartieron un
hábito originario de reciprocidad conocido como el Apthapi y cerrando con la entrega del cetro de pasante al curso 1º
de Cosmovisiones Filosofía Psicología.
Fotografía: Tarkeada compuesta
por estudiantes de cuarto año (4º “C”) de la Especialidad Ciencias Sociales.
El día viernes 21, cerca de las 05:00 am
fue la concentración correspondiente en inmediaciones de la institución para
subir al montículo. Ya todos ubicados el “Cerro Tuti” esperamos los primeros
rayos solares (entendidas como energías para que reciban los humanos),
acompañados de una fogata que contienda con el frio del invierno, para que
además sea útil para poder efectuar la Q`uwa.
Al son de la tradicional tarkeada que
melodiosamente acompaña a los congregantes.
Esta actividad sociocultural culminó con
la Q’uwa, que mediante ella los
pueblos originarios andinos, ancestral e
históricamente solicitan prosperidad, fertilidad para los cultivos, cosechas, los
animales y en el caso particular de la Casa Superior prosperidad académica e
institucional y pedagógica. Así iniciando un nuevo año (5521) para realzar un
nuevo ciclo de vida y transformación de la humanidad.